Prácticas Agronómicas

Con mayor tecnología, el maíz tardío continúa en expansión.

Pronostican que crecerá la inversión en semillas y en la aplicación de fertilizantes. El uso de refugio, una cuota pendiente aún.

Por: Sofía Gayo, del Departamento de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Tras una campaña fuertemente marcada por la sequía, los productores vuelven a apostar a la producción agrícola en Argentina. El país tiene una nueva oportunidad de generar una cosecha récord de granos: 126 Millones de toneladas para el ciclo 2018/19. ¿Y cómo se supone que vamos a alcanzar ese volumen? A través de tres factores principales: superficie sembrada, clima y tecnología.

Se estima una siembra de 5,8 millones de hectáreas de maíz con destino grano comercial. El maíz tardío, con una participación del 45% de esa superficie, podría aportar el 15% de la producción proyectada. El clima promete ser más favorable que la campaña pasada y la tecnología, por su parte, jugaría un rol fundamental para alcanzar dichos niveles de producción.

El maíz tardío surgió en Argentina hace aproximadamente diez años como una alternativa de manejo que permitiera sortear las condiciones climáticas adversas durante la etapa crítica de generación de rendimiento, para ubicarla en épocas con menor riesgo climático. Estos planteos se destacan principalmente en la provincia de Córdoba y regiones como el Noreste, Noroeste y el Centro-Norte de Santa Fe.

El posicionamiento del maíz tardío como herramienta de producción fue posible gracias a la aparición de tecnologías que acompañaron su expansión. El corrimiento de la fecha de siembra expone al cultivo a condiciones ambientales predisponentes para una mayor presión de plagas, enfermedades y malezas. En este sentido, los materiales de siembra con tolerancia a herbicidas y resistencia a insectos fueron de gran utilidad para afrontar esas adversidades, y el incremento sostenido en su uso lo demuestra: en la campaña 2012/13 estos materiales representaban el 72% mientras que en el ciclo 2017/18 su uso ascendió al 94% a nivel nacional.

La utilización de materiales con el gen Bt en su genética implica la siembra de refugios con el fin de retrasar la aparición de plagas resistentes y de esta forma cuidar la tecnología. El cumplimiento de esta práctica, si bien mejoró en el último tiempo, aún es muy bajo: en la campaña 2017/18 sólo el 33 % de los productores realizó refugio. Y es interesante reflexionar sobre este punto, pues se están descuidando las mismas tecnologías que posicionaron al maíz tardío como un nuevo cultivo.

El cultivo se realiza prácticamente en su totalidad en siembra directa: con un 96% de adopción supera en tres por ciento al valor de siembra directa total de Argentina.

Densidad de siembra en kilos de semilla por región en kilos de semilla por hectárea.

Otro aspecto de manejo a resaltar es la elección de la densidad de siembra. Mientras que el maíz temprano fue sembrado en promedio con 63.000 semillas/hectárea, el maíz tardío presentó una densidad de 57.000 semillas/hectárea en el ciclo 2017/18 a nivel país. Poniendo estos datos en perspectiva, en la campaña 2012/13 la densidad promedio de maíz tardío fue de 61.500 semillas/hectárea, lo cual muestra el ajuste realizado en búsqueda de la densidad más adecuada para el cultivo, tendencia que se repite en distintas magnitudes según cada región.

En términos de inversión, el maíz tardío representó el 24% de los 1.160 millones de dólares invertidos en semilla en la campaña 2017/18. El Dto. De Investigación y Prospectiva de Bolsa de Cereales estima que la inversión en semillas de maíz tardío aumentaría un 4% en el ciclo 2018/19.

Inversión en semillas de maíz tardío en millones de dólares.

La fertilización es otro aspecto técnico destacable en el manejo del cultivo. En la campaña 2017/18, de las 865 mil toneladas de fertilizantes aplicados en maíz total, un 48% se destinó a planteos tardíos.

La urea representó el 70% del total de fuentes nitrogenadas mientras que los fosfatos mono y diamónico constituyeron el 80% del volumen total de fuentes fosfatadas. En términos de nutriente el promedio de nitrógeno fue de 57 kilos/Ha. y en el caso del fosforo fue de 13 kilos/Ha. a nivel país, variables según región.

Participación del maíz temprano y tardío en el volumen total de fertilizantes.

La campaña 2018/19 registraría un nuevo incremento en el mercado de fertilizantes. Para el caso de maíz tardío, este aumento podría ser de un 3%, traccionado principalmente por área, hasta un 7% si se considera además un aumento en los niveles de fertilización del cultivo.

Estos son sólo algunos aspectos que demuestran la importancia que ha cobrado el maíz en los últimos años y que hoy tiene su propia identidad dentro de la producción de granos en nuestro país. El maíz tardío es un cultivo principalmente de procesos, donde el manejo eficiente es clave para que exprese todo su potencial.

Fuente:
Clarín Rural

 
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