Prácticas Agronómicas

Cultivos de cobertura: un "puente verde" hasta el verano

En fecha óptima de siembra, estos cultivos son una alternativa a los barbechos largos de invierno.

Se van despejando los lotes luego de los cultivos de verano y hay que planificar qué hacer en el invierno. Actualmente, cada zona atraviesa su propia realidad productiva pero en casi todas las regiones seguirá sin sembrarse trigo.

Una de las estrategias para ocupar los potreros y evitar los barbechos tan largos entre dos cultivos de verano es la siembra de los cultivos de cobertura. Al momento de sembrar estos puentes verdes hay que considerar cuestiones que son clave. "Los cultivos de cobertura se pueden sembrar con distintos objetivos", explica Mirian Barraco, especialista en manejo de cultivos de INTA General Villegas, en el oeste bonaerense, en diálogo con Clarín Rural.

Y agrega: "Inicialmente, se sembraron como una herramienta para controlar los problemas de erosión. Luego, cuando aumentó el monocultivo de soja, se adoptaron las gramíneas para aumentar la cobertura y la materia orgánica de los suelos y mantener la actividad biológica en el invierno. Finalmente, cuando comenzaron a intensificarse los problemas con algunas malezas, los cultivos de cobertura se siembran para competir con las especies difíciles".

La experta destaca que al momento de decidir la siembra de un cultivo de cobertura es importante, principalmente, su objetivo y pensar en el cultivo siguiente.

"Antes de sembrar hay que pensar en el consumo de agua. Por ejemplo, los cultivares de centeno de ciclo corto, por tener un ciclo de menos días, consumen menos agua. Además con menor consumo de agua, estas especies producen más materia seca que la avena o el raigrás. Por este motivo, el centeno está mejor adaptado a zonas subhúmedas y semiáridas", regionaliza la especialista y destaca también que este cereal es un cultivo que tolera más el frío y los inviernos secos.

"En situaciones con exceso de humedad, la finalidad al sembrar un cultivo de cobertura debe ser deprimir la napa. Por eso es mejor estrategia sembrar un cultivo más consumidor de agua de ciclo largo. En estos casos también puede implantarse un centeno de ciclo largo, una avena o un raigrás", señala.

Respecto a la competencia con las malezas, afirmó que son buenas herramientas para competir por los recursos ambientales con las malezas, siempre y cuando, tengan las condiciones adecuadas para su crecimiento.

Entre los aspectos que optimizan su desarrollo está la siembra temprana, a partir de la cual el cultivo explora mejor el ambiente productivo. Con esta táctica de manejo, el cultivo se seca antes y habrá una ventana temporal mayor antes de la siembra del cultivo de verano.

Otras de las estrategias interesantes es sembrar vicia (sativa o villosa) que además aportan nitratos para el cultivo siguiente. Al respecto, Barraco comenta: "La vicia es una buena opción como cultivo de cobertura si luego se siembra un maíz tardío.
Para que esta leguminosa pueda fijar el nitrógeno atmosférico y luego lo deje disponible, hay que esperar hasta su floración que es momento en el que fija más nitrógeno. Eso retrasa el secado y así la planta consume más agua. De esta manera es necesario dejar una la ventana de tiempo después del secado para que se degrade y se acumule agua hasta la siembra del maíz"

Fuente: Clarín

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Clarín Rural

 
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